El Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa es el mejor exponente de paisaje volcánico de la Península Ibérica. Un territorio creado por primitivas erupciones volcánicas pero tremendamente activo y vital que alberga 40 conos volcánicos y más de 20 coladas de lavas basálticas. Entre todos los materiales expulsados por un volcán, la lava es la última en enfriarse. Las coladas o lenguas de lava salen por el cráter a temperaturas muy altas y lentamente se desplazan por la superficie de la corteza terrestre durante kilómetros arrasando todo lo que encuentran a su paso. Cuando atraviesan un lago, el agua comienza a cocer por efecto del calor de la lava, produciendo burbujas gigantes. Algunas de ellas se enfrían antes de explotar y se convierten en pequeñas colinas de piedra volcánica, que son las curiosas montañitas llamadas tossols que aparecen por ejemplo entre las hayas del bello bosque de la Fageda d’en Jordà. Todo esto lo podemos descubrir en el Espacio Museístico del Volcán del Croscat. Una de las rutas clásicas es la del Croscat, un recorrido circular por el interior del Parque Natural donde Anna, Marc y el pequeño Gil, acompañados por su guía Raquel, de Guies Amadablam,ascienden hasta el interior del volcán Santa Margarita para descubrir una ermita dentro del cráter, y después adentrarse en la Fageda d’en Jordà, un hayedo único, ya que crece sobre una colada de lava. Durante la ruta Raquel va explicando a la familia las diferentes curiosidades del terreno donde se encuentran.

Si tenéis ganas de experimentar, sentir, aprender y vivir en primera persona cómo es un día en una granja y aprender más de la vida de las vacas y las propiedades de la leche, Mas La Coromina os invita a su casa. Isabel y Albert son la tercera generación de una familia ganadera. Su abuelo compró la granja en Vall d’en Bas y empezó con 2 vacas; actualmente tienen 400. Además de trabajar la tierra que alimenta a sus vacas lecheras y producir leche, organizan visitas pedagógicas para toda la familia, en las que podréis participar en las tareas que forman parte de la explotación de una granja ganadera: pasear entre los campos, tocar la piel suave de los becerros y terneritas recién nacidos, alimentar al ganado, estar presentes en el ordeño y degustar la leche y los productos derivados que elaboran en el mas (siguiendo el ciclo natural de cada estación). En el espacio polivalente, a través del juego y de talleres, tanto pequeños como mayores tendréis la oportunidad de aprender más sobre la vida y el metabolismo de las vacas y la riqueza y las propiedades de la leche.

La vía estrecha del antiguo tren que iba de Olot a Girona es ahora un carril bici (vía verde) que nos permite descubrir a pie o en bicicleta los paisajes volcánicos de La Garrotxa y sus poblaciones con encanto y hasta acercarnos al mar. Una ruta fácil y sin apenas desnivel que se puede hacer poco a poco y en diversas jornadas, y que pasa por numerosos puntos de interés: Olot, con el volcán de Montsacopa en medio de la ciudad, las fuentes de Sant Roc en el inicio de la ruta (el Coll de Bas, a 620 m, es el punto más alto del recorrido), el Parque de Pedra Tosca y otros elementos paisajísticos singulares en les Preses; los diferentes y a la vez atractivos núcleos de la Vall d’en Bas y Sant Feliu de Pallerols, con el río Brugent y sus valles de encinares y robledales, o la riera de Cogolls en les Planes d’Hostoles. En todos los pueblos hay enlaces a otros caminos que ofrecen la oportunidad de disfrutar de los paisajes de la Garrotxa. La Vía Verde del Carrilet Olot-Girona forma parte de Pirinexus, una ruta circular que une la vertiente norte y sur de los Pirineos, una ruta apta para recorrer a pie y en bicicleta.

Distancia: 23,5 km (tramo Olot-les Planes d’Hostoles)

Mas Garganta. Esta masía del s. XIV tiene una ubicación privilegiada en la Vall d’en Bas, dentro del Parque Natural de La Garrotxa. En un entorno ideal para desconectar, descansar, comer de forma saludable, conocer y disfrutar de la vida en el campo y de la tranquilidad que les rodea. Mas Garganta es un alojamiento rural confortable y con encanto, donde todas las estancias han sido reformadas conservando el recuerdo del paso del tiempo. Sus acogedoras habitaciones, la sala de estar, la antigua cocina con una magnífica chimenea, una ludoteca y la galería, una auténtica joya arquitectónica con vistas al Puigsacalm. En los exteriores hay un huerto donde se puede practicar la horticultura y de un gallinero donde ir a buscar los huevos de las gallinas.